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  • Foto del escritorBL - Housing™

Boom inmobiliario en Francia: la salida del confinamiento hace subir la demanda de casas

Subió un 48% con respecto a junio del año pasado. Las familias buscan un cambio de vida en la post-pandemia.

Contra todos los pronósticos y a pesar de que miles se quieren ir a vivir al campo pos pandemia, los precios inmobiliarios en París, y en Francia en general, siguen subiendo y las tasas de interés siguen bajas. El gobierno considera esto un indicio de que “no hay crash inmobiliario” y que los franceses podrán ser propietarios, su nuevo sueño, gracias a las bajas tasas de interés.


A menos de dos meses del final del confinamiento por el coronavirus, los propietarios de las inmobiliarias en Francia han recuperado el oxígeno. La demanda de propiedades explotó en Paris y en sus suburbios, entre los que buscan una casa con jardín, después de haber convivido encerrados durante el Covid-19 junto a su familia. Un estilo de vida diferente comienza a crecer, paralelo al “teletrabajo”, a la economía verde y a la necesidad de espacio, si una segunda ola de contagios se acerca.


“La demanda de bienes explotó más del 48% con respecto a junio del 2019”, explicó Yann Jéhanno, presidente de la empresa Laforet Immobilier, que tiene un red de sucursales en Paris.


El confinamiento sirvió a los franceses para reencontrarse como familia, generar proyectos nuevos y reorganizar su forma de vivir y trabajar. En los primeros días pos confinamiento, los negocios de decoración, pintura y “bricolage” tuvieron una extraordinaria demanda porque el tiempo encerrados le dio a las familias la capacidad de repensar el espacio en su casa, sus colores, hacer arreglos, cambiar los muebles.


Las colas en IKEA, la empresa de decoración, llegaron a ser de 5 a 8 cuadras, con respeto al distanciamiento social.


Este fenómeno generó una nueva demanda inmobiliaria, ganas de mudarse a los suburbios de las grandes ciudades, a casas con jardín o, al menos, departamentos con terraza o balcón para enfrentar los nuevos e impredecibles nuevos tiempos. Esta envidia de verde y de espacio alimentó el fenómeno de la demanda inmobiliaria.


“El confinamiento tuvo un efecto catalizador sobre los proyectos inmobiliarios y la necesidad de ser propietario en Francia. Especialmente entre los que compraban por primera vez”, señaló Philippe Taboret, director adjunto de CALFI.


Este interés hizo subir los precios tanto en Paris como en el interior. En la capital francesa, el precio promedio por metro cuadrado es de 8000 euros, pero puede llegar a 25.000 euros en la place de Vosges, en el barrio VII y a 20.000 euros en el V.


Según las estadísticas en Francia, los precios están obteniendo records de suba: progresaron un 3,1 por ciento( es decir 3638 euros por,metro cuadrado) para los departamentos, un 2,3 por ciento para las casas (2160 euros por metro cuadrado) en el primer semestre del 2019 y el del 2020.


“Son niveles históricos”, admite Laurent Vimot, presidente de Century XXI.

Ha bajado el poder de compra de los franceses con el crecimiento del desempleo pero las tasas de interés se mantienen baja. El temido crash inmobiliario, “una crisis que comparaban a la del 2012 y 2013, con una corrección de los precios del 10 al 15 por ciento”, fue un pronóstico demasiado pesimista y que finamente no se produjo, según los especialistas.


Los expertos inmobiliarios creen que están frente a otra fenómeno: una estabilidad en los precios o un freno a la alza.La razón es la tasa de interés, que se mantiene baja. Ellos ven un aumento del precio de los edificios viejos de estilo del 1 al 2 por ciento en el segundo semestre, si no existe una segunda ola de confinamiento.


Yann Jéhanno cree que hay diez compradores por bien puesto en venta en Francia contra 90 compradores por departamento en Paris. “Frente a tal demanda, uno no puede ver que esto no vaya a evolucionar. A pesar de la amplitud de la crisis económica a venir,con las medidas de apoyo del gobierno con desempleo parcial y plan de relanzamiento sectorial”, dijo.


Los bancos van a endurecer los otorgamientos de créditos pos pandemia, con un límite de endeudamiento a 25 años y 33 por ciento de endeudamiento con respecto al salario de la familia. En el primer semestre del 2020, el 10 por ciento de la demanda de créditos inmobiliarios fue rechazada ante la falta de contratos estables o sectores de actividad en riesgo o de capital insuficiente para el depósito.Ese rechazo podría aumentar a medida que crece la curva del desempleo.


Se puede obtener un crédito de 217.441 euros a 20 años para una familia que gane 3000 euros y pague una mensualidad de 1000 euros por mes. Al menos hasta ahora.


Philippe Taboret,el presidente de Calfi, cree que “debe haber un plan de relanzamiento para liberar el acceso al crédito y generar medidas correctoras para que los dossiers no sean rechazados.Sin ellos, a partir de septiembre será muy difícil de vivir”. No es la idea del Alto Consejo de Estabilidad Financiera, que alerta sobre el sobre endeudamiento y limita el crédito al 33 por ciento del ingreso por familia.


En pueblos y ciudades de Bretaña y Normandía, las ventas se multiplican y los precios crecen pos covid. En Quimper, en la idílica región de Finistere, un estudio de SeLoger muestra que los precios subieron un 13,3 por ciento en los últimos tres meses. La demanda es de los parisinos, que quieren abandonar la capital porque descubrieron que pueden practicar el “tele trabajo” y vivir en un ambiente más sano que un pequeño departamento parisino, que cuesta lo mismo que una gran casa en Finistere.


Bretaña fue muy poco tocada por el Covid 19 y muchos corrieron a refugiarse allí desde París, ante la furia y el temor de los locales.Los compradores se deciden rápidamente para no perder el bien.


Pero el fenómeno de alza de precios se repitió pos Covid en Lorient, donde subió el 12,6 por ciento, en Versalles el 12,3 por ciento, en Yvry Sur Seine, al lado de París, el 11,4 por ciento, en Grasse, en la Costa Azul, el 13,8 por ciento y en Mulhouse, en el Gran Este en el borde con Alemania, el 13,6 por ciento.


Los cincuenta días encerrados despertó en los franceses un espíritu de aventura y un ansia de cambio de vida. Huir de las grandes ciudades, reinstalarse en el campo, con buena conexión de internet, hospitales cerca, playas no demasiadas lejanas y huir de Paris, el hacinamiento de los pequeños departamentos y el coronavirus.Al menos hasta que la vacuna sea una realidad.


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